El ablandamiento del agua es el proceso utilizado para eliminar todos los compuestos de calcio y magnesio del agua, que son los responsables de la dureza del agua.
El agua dura es muy desventajosa, ya que la cal precipitada del agua durante el secado, la evaporación, el calentamiento, la cocción o la ebullición es perjudicial para los aparatos que entran en contacto con el agua o el vapor. Además, los depósitos calcáreos son excelentes aislantes térmicos. Esto significa que, cuando se deposita sobre los elementos calefactores, forma un aislamiento térmico permanente, lo que se traduce en un mayor consumo de electricidad.
El agua blanda protege perfectamente los aparatos que entran en contacto con agua caliente o vapor de los depósitos calcáreos. Aumenta la eficacia y prolonga la vida útil de los aparatos. El uso de agua blanda también contribuye a reducir significativamente el consumo de detergentes utilizados para lavar la vajilla, limpiar el suelo, higienizar, lavar la ropa, etc. Además, el agua blanda potencia el efecto de los detergentes, por lo que las manchas difíciles o la suciedad dejan de ser un problema.
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